En una sesión de hipnosis el hipnoterapeuta y el paciente tienen en principio una charla sobre los problemas que se deben resolver por lo que se van apuntando estos datos para posteriormente utilizar las herramientas que llevaran al paciente a recordar la raíz de sus problemas. En esta charla además se hacen preguntas sencillas donde el terapeuta puede obtener la información necesaria para determinar cual será el procedimiento a seguir. 

 

Luego de esto, el paciente puede relajarse sobre un diván, cama o lugar cómodo donde se encuentre para que el hipnoterapeuta proceda a ayudarle. La persona está totalmente consciente de su entorno y puede opinar o tener control de su cuerpo totalmente. El paciente nunca se duerme, es por esta razón que la hipnosis no se trata de dormir a nadie, sino más bien de hacerle recordar gracias a un conjunto de técnicas lo que estaba perdido o almacenado en su mente. 

 

En una sesión el paciente puede recordar total o parcialmente lo que imaginó, y eso va a depender de lo que la mente subconsciente quiera para el beneficio de la persona. Tenemos que entender que el cerebro es un software inteligente que sabe muy bien que es bueno para el cuerpo y decide muchas veces bloquear cuestiones que no le son necesarias a la mente seguir recordando, tales como traumas o situaciones que al paciente le producen emociones fuertes. Todo dependerá del grado de evolución de esa persona y el tipo de consciencia que lleve. No hay persona que viva lo mismo que otra. Por lo anterior, la hipnosis es muy segura y el paciente puede sentirse tranquilo de que nada de lo que recuerde puede afectarle en el momento.

 

Una sesión puede durar aproximadamente 120 minutos. Este tiempo es necesario para poder trabajar los aspectos que lo trajeron al paciente y además es un tiempo que es regido por la necesidad su espíritu para sanar.